Islandia 2019

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Día I

¿Dónde empieza nuestro viaje?

Nuestra crónica empieza en el momento en el que bajamos del barco aunque para muchos, el viaje empieza en el momento de salir de casa.

Salimos del ferry y pasamos la aduana sin ningún problema. Lo primero que tenemos que hacer es cargar avituallamiento y paramos en el supermercado Bonus. Una vez hecha la compra, seguimos por la carretera 93 hasta encontrarnos la primera cascadas, Fardagafoss. Esta es la primera cascada que vemos y lógicamente nos deja a todos boquiabiertos. Recuperamos fuerzas después del pequeño trekking de 5km. Seguimos por una carretera que va cambiando entre asfalto y gravilla, algo muy habitual aquí en Islandia, hasta llegar hasta el primer baño termal. Bajamos de los coches y todavía no nos hemos habituado al frío que hace en la isla y comemos algo de pie sin sacar ni mesas ni sillas y nos vamos hacia los baños. Detrás de una montaña, sale un riachuelo que si tocas el agua, sorprende porque es caliente. Este pequeño río termina en una cascada pequeña y en una especie de piscina natural. Sin pensarlo más, nos ponemos el bañador y disfrutamos de nuestro primer baño termal. Entramos en la carretera F910. Sólo para 4×4 y para los amantes del todoterreno, esto es un paraíso. Nos cruzamos con algún coche preparado para el invierno con unas AT37 y en especial nos fijamos todos en una Navara que va preparada.Espectacular. Siguiendo la F910, llegamos al primer vadeo. Aquí veremos más adelante que es normal, pero en España no tanto así que el primero nos lo miramos con más respeto. Pasamos primeros con el Unimog que es fantástico para marcar la altura del agua. Sin más problemas pasamos todos. Aquí empieza un dilema. La F910 es una carretera sólo para 4×4 porque no está asfaltada, cruza ríos y hay tramos bastante pedregosos pero no obstante está marcado como carretera lo que en nuestro país sería una pista, así que lo llamaremos pista para diferenciarlo.  La pista cruza varios ríos. Cuando estamos a punto de cruzar un río ancho, nos encontramos a una moto en medio de un río. Por lo que vemos, no ha podido cruzarlo y por el peso de la moto, ya no podía ni sacarla. Al vernos, es como si se le apareciera el mismísimo Dios. Cruzamos con el Unimog y le enganchamos una eslinga. Fácilmente y con tacto, lo sacamos. Estamos con él un rato hasta que consigue arrancarla y hemos tenido que sacar booster y un espray. Eso nos ha retrasado bastante pues hemos perdido más de una hora y media. Llegamos al camping pero más bien es lo que nosotros denominamos refugio. Ya son las 10 de la noche y todavía es de día. Hace bastante viento y la temperatura es baja. Abrimos las tiendas y cogemos cada uno lo que vamos a cenar y nos vamos a una casita que hay con mesas, bancos y un par de cocinas. Se agradece poder cenar en un sitio caliente ya que hoy va a ser una noche fría. Esperábamos una temperatura de unos 10ºc y no llegamos a 3ºc.

 

 

DÍA II

Askja, un volcán nevado y un río caliente

Por la mañana, desayunamos en la casa y cogemos fuerzas para subir al volcán Askja. Alrededor de el refugio sólo hay 4×4 y una ranger, ya que aquí sólo puedes llegar con tu coche o con una empresa de excursiones, incluso hay muchas empresas de alquiler de vehículos que te ponen problemas para venir. Dejamos los coches en el parquing y hacemos la subida hasta el volcán. Una subida de 2,5km en 35min que vale mucho la pena. El volcán Askja es enorme y dentro, muy curioso, era un lago. Al lado, Viti, un volcán más pequeño igual lleno de agua. Hay carteles que está prohibido bañarse porque el agua puede alcanzar los 60ºc igual que el lodo que se queda al fondo. La excursión nos ha dejado helados, ya que la bajada nos ha acompañado una fuerte nevada. Tomamos algo calentito y seguimos la marcha. Cruzamos la zona por una pista no con mucha piedra pero rodeados de lava y nieve. la pista nos deja todavía algún que otro vadeo para cruzar pero llevando el Unimog al frente es muy fácil saber hasta donde cubre el agua y así no corre ningún peligro los vehículos que llevamos detrás. Por la mañana, desayunamos en la casa y cogemos fuerzas para subir al volcán Askja. Alrededor de el refugio sólo hay 4×4 y una ranger, ya que aquí sólo puedes llegar con tu coche o con una empresa de excursiones, incluso hay muchas empresas de alquiler de vehículos que te ponen problemas para venir. Dejamos los coches en el parquing y hacemos la subida hasta el volcán. Una subida de 2,5km en 35min que vale mucho la pena. El volcán Askja es enorme y dentro, muy curioso, era un lago. Al lado, Viti, un volcán más pequeño igual lleno de agua. Hay carteles que está prohibido bañarse porque el agua puede alcanzar los 60ºc igual que el lodo que se queda al fondo. La excursión nos ha dejado helados, ya que la bajada nos ha acompañado una fuerte nevada. Tomamos algo calentito y seguimos la marcha. Cruzamos la zona por una pista no con mucha piedra pero rodeados de lava y nieve. la pista nos deja todavía algún que otro vadeo para cruzar pero llevando el Unimog al frente es muy fácil saber hasta donde cubre el agua y así no corre ningún peligro los vehículos que llevamos detrás.

Estamos muy poco acostumbrados a cruzar ríos así que nos hace especial ilusión. Estos dos días que llevamos la lluvia no nos está dando tregua así que decidimos parar en una gasolinera para comer una hamburguesa. Entramos en carretera para ir hasta Husavik bordeando la costa por una carretera asfaltada de ensueño, típica de cualquier postal. Llegamos pronto al camping y cada uno aprovecha para hacer sus quehaceres. Algunos se van al pueblo a dar una vuelta, otros se relajan en una ducha caliente y algunos ponen lavadoras. Tenemos que centrarnos en las horas para hacer las cosas pues a las 23h todavía no se ha hecho de noche. Nos levantamos y sigue lloviendo. Por el frío ya nos hemos aclimatado pero creo que lo que llevamos peor es la lluvia y el viento. Esperemos que hoy nos haga mejor día pues es un día grande. Paramos en el área geotermal de Hverir. Los colores de las montañas son increíbles. Hay toda una gama de tonalidades de marrón que las hacen únicas. Estas aguas termales son con azufre lo que hace que haya un fuerte olor como a huevos podridos, pero vale la pena pasear entre esas pozas de lodo hirviendo.

 

 

Es importante no tocar el vapor que sale ya que puede llegar a quemar. Siguiendo track nos encontramos en medio de la nada una ducha. Comprobamos que es de agua caliente y seguimos nuestro camino hasta llegar a los baños termales de Jardbödin, un lago caliente entre montañas negras. Después de pasar por la ducha, nos metemos en el agua que está a 38º. Es un gozo. La cabeza queda fuera y fría y el cuerpo, caliente. Una sensación increíble. Nos estamos un par de horas hasta que llega la hora de comer. Comemos algo y nos vamos a ver las cuevas de Grjótagjá. En los años 70, eran unas cuevas de baños termales pero una erupción en el volcán Krafla hicieron subir la temperatura del agua a 60ºc. Ahora el agua está alrededor de los 46ºc y ya no se utilizan como baños por el riesgo de desprendimiento de alguna roca. Lo curioso es que toda la montaña es un terreno privado de un granjero que tiene abierto la entrada a las cuevas para que cualquiera pueda visitarlas sin cobrar absolutamente nada. Seguimos la carretera hasta llegar a Godafoss, la cascada de los dioses y realmente es una de las más bonitas que hemos visto jamás. Supongo que ya os habréis dado cuenta pero para los que no, todas las palabras que terminan en -foss, son cascadas.Nos vamos hacia el camping y nos asombra la luz que hay a las diez de la noche cuando terminamos de cenar y se pone a llover, así que nos vamos todos a dormir. La noche presentaba tranquila pero era un engaño. A las dos de la madrugada empieza un aire infernal que nos da la vuelta al toldo y nos lo pone en el techo. Bajamos corriendo y en medio de la lluvia, recogemos el toldo como podemos. Lo malo es que el frío nos ha calado enteros.

 

DÍA III

A las siete y media toca diana con un sueño espantoso dado de nuestra aventura nocturna. Sin sorprendernos, vemos por la ventana que sigue lloviendo pero bien. Decidimos que el desayuno lo hacemos en una gasolinera que hay a diez kilómetros y así ponemos gasolina. Tomamos lo que parece un café y listo. Se agradece tener algo caliente en el cuerpo y empezamos la ruta. . Empezamos la ruta cruzando un puente. Nos encantan los puentes aunque estos dan un poquito de miedo ya que el suelo está hecho de madera. Hacemos rutas atravesando montañas. Para los amantes del 4×4 esto es el paraíso. Todo son pistas indicadas y es genial. Paramos a ver la cascada de Aldeyjarfoss, con la característica del contraste entre las columnas de basalto negro y el agua blanca de la cascada. De todas las que hemos visto es la más espectacular pero sigue haciendo mucho frío y lloviendo. La pista poco a poco empieza a complicarse y cada vez es más pedregosa. La pista cada vez es más dura, la temperatura va bajando, el viento no amaina y la lluvia sigue con nosotros. A las 12h paramos para hacer el Angelus -parada diaria oficial de Aventurame para picar algo- pero al poner un pie en el suelo nos empieza a granizar. Hoy la meteorología no está de nuestro lado. Seguimos por pista ya que poca cosa más podemos hacer y nos encontramos un refugio. Paramos y hablamos con la chica que lo regenta. Es un refugio de una ong en el que podemos comer y cocinar por tan solo 500isk. Esto nos ha venido caído del cielo. Preparamos los cacharros y la comida y preparamos todo calentitos. La comida nos sienta de miedo. Necesitábamos algo caliente y el ambiente que se respira entre estas paredes de madera es fantástico. Estos momentos son los mejores de un viaje en grupo. Necesitábamos algo caliente y el ambiente que se respira entre estas paredes de madera es fantástico. Al acabar la comida nos viene una ranger que nos confirma que las pistas están bien y que podemos cruzar entre medio de los glaciares sin problema.

 

Tomamos pista nuevamente y en un momento, al coronar una montaña, está allí, aparece de la nada con majestuosidad. La imagen es increíble. Un glaciar, para nosotros El Glaciar.

Aunque hace un frío tremendo, paramos para hacer una foto pues la vista es más que increíble. La imagen de los coches y el Unimog con el glaciar detrás es espectacular. Entramos en el parque natural de Landmannalaugar. El famoso parque de las montañas de colores y es cierto. Hay un colorido natural que es sensacional. Resulta que la pista que nos lleva al camping parece la M30 de lo concurrida que está. Son pistas fáciles que puede acceder cualquier vehículo.  No nos habíamos cruzado con tantos coches en todos estos días juntos. Cuando llegamos al camping vemos que a diferencia de los otros que hemos estado, éste está muy lleno. Entre personas haciendo trekking y vehículos 4×4, resaltan un par de autobuses verdes abandonados que al acercarnos vemos que son cafeterías. Aunque hace un frío tremendo, paramos para hacer una foto pues la vista es más que increíble. La imagen de los coches y el Unimog con el glaciar detrás es espectacular. Entramos en el parque natural de Landmannalaugar. El famoso parque de las montañas de colores y es cierto. Hay un colorido natural que es sensacional. Resulta que la pista que nos lleva al camping parece la M30 de lo concurrida que está. Son pistas fáciles que puede acceder cualquier vehículo.  No nos habíamos cruzado con tantos coches en todos estos días juntos. Cuando llegamos al camping vemos que a diferencia de los otros que hemos estado, éste está muy lleno. Entre personas haciendo trekking y vehículos 4×4, resaltan un par de autobuses verdes abandonados que al acercarnos vemos que son cafeterías.

 

 

Demasiado estrecho para el Unimog. Por suerte hemos dejado unos metros más atrás un espacio que en el que podemos dar la vuelta. La maniobra no es fácil y necesitamos que el grupo nos guíe. La altura en la que estamos impresiona. Ya hemos pasado un rato un poco tenso a la hora de subir y tomar las curvas y sólo nos faltaba esto. Despacio, con atención y calma, damos la vuelta al Unimog. En modo tetris conseguimos que el resto de los coches den también la vuelta pues el terreno es demasiado inestable y no sabemos si aguantará el peso de los vehículos. Bajamos nuevamente hacia el camping vigilando al tomar las curvas. Sigue siendo increíble el lugar donde dormimos esta noche. Además, hay una cueva con velas donde hay unas mesas y unos bancos de madera que es donde cenaremos esta noche.

Hacemos tiempo y vamos preparando la cena. Cogemos los platos y nos vamos a la cueva. Bueno, creo que no puede haber en el mundo nada más espectacular y para acabar de rematarlo, al fondo hay como una mina que está reformada en modo de estufa de leña. Hoy será una noche fantástica y mañana al despertar, tendremos estas preciosas vistas. Por la mañana no sólo tenemos unas vistas espectaculares sino además un sol precioso. Por primera vez desde que estamos aquí, desayunamos tranquilamente bajo un sol que calienta. Creo que es la mejor manera de empezar el día. Tomamos ruta y al coronar la primera montaña, vemos de lejos el glacial, ese que intentamos acceder ayer, hoy lo vemos a la lejanía. La primera parada que hacemos es al pueblo, Vík y Myrdal, para ir al supermercado y repostar gasolina. Es un punto donde paran muchos coches tipo artic truck para los turistas y se nos cae la baba al ver las ruedas y las preparaciones que llevan. En concreto nos fijamos en una Mercedes Sprinter que está levantada y con unas ruedas de 42’. Una vez todo lleno, nos vamos hacia la playa negra con rocas basálticas. Aquí se ha rodado parte de la serie de Juego de Tronos y es normal porque es un sitio de lo más curioso. Vamos andando por la playa de piedras minúsculas de color negro al lado de un acantilado como de columnas de piedra que parece que alguien las haya puesto de la manera más estética posible. Al fondo, en el mar, se ven los 3 trolls. Cuenta la leyenda que una noche, 3 trolls vieron un barco y fueron a atacarlo. Les llevó más tiempo de lo que pensaban y les sorprendió el amanecer. La luz del sol los petrificó y allí estarán para toda la vida. Tenemos que estar atentos porque la marea va subiendo y nos sorprende alguna que otra ola. Se nota que esta es una zona turística y estamos en temporada alta porque la playa está bastante llena. Tomamos carretera y nos vamos hasta arriba de la montaña donde esta el faro. Las vistas son espectaculares. Se ve el azul del mar, la arena de la playa negra, las montañas con diferentes verdes y el majestuoso blanco del glacial. Es una combinación de colores que nunca jamás habíamos visto. La siguiente parada es en el avión Dc-3 que se estrelló hace muchos años y siguen allí los restos. Confirmamos que todas las pistas que llevan al avión están cerradas, así que no nos queda otro remedio que coger el autobús que te lleva hasta allí.

 

 

 

Algunos aprovechan y se quedan tranquilamente a tomar un café mientras otros visitan el curioso aparato. Cuando llegamos, está en medio de la nada, casi todo roto pero puedes entrar dentro y estar incluso en la cabina. Es una parada que merece la pena hacer, ya sea andando los 7km o en autobús. Después de la visita al autobús, seguimos nuestra ruta por carretera hasta la cascada de Skógafoss. Ésta, la peculiaridad que tiene, es que puedes llegar hasta los pies de la cascada, eso si, cuanto más te acercas, más te mojas. Nos impacta bastante ver la fuerza con la que cae el agua. Vamos por carretera hasta la siguiente cascada, Seljalandsfoss. Aquí también hay mucha gente pero la atracción está justo detrás de la cascada ya que puedes pasar por un camino que hay. Lógicamente está todo mojado y con barro y hay que andar con cuidado pero es increíble pasar por detrás de la cascada. Es genial porque hemos visto un montón de cascadas pero cada una es distinta así que no te cansas de ver cada día una distinta. Ahora ya toca ir hasta el camping que tiene una ubicación perfecta. Llegamos y abrimos tiendas. Una vez todo abierto, vamos andando por un camino de montaña hasta los geysers. En 10min llegamos por la parte de arriba y así los vemos como van saliendo todos. Los geysers son unas erupciones de agua que salen intermitentemente. Hay uno, el más grande, que hace años que no erupciona pero que hace unos años, estuvo durante dos días erupcionando con una altura de 120cm.  Sólo al llegar, vemos la primera erupción que nos deja a todos sin habla. Sacamos los móviles y nos ponemos a grabar. El primero normal, el segundo en cámara lenta y así vamos haciendo. Es todo un espectáculo y encima le damos un toque de humor con una cuenta atrás. Son espectaculares. Volvemos y nos quedamos charlando un poco bajo una luna de color naranja. Aunque el frío nos acompaña, la charla es tan amena que parece que nadie quiera irse a dormir La primera parada que hacemos es en la cascada de Gullfoss. Forma parte de la zona del círculo dorado y mide unos 20m de ancho. Al bajar de los coches notamos que el aire es frío y todas las capas que nos hemos quitado a primera hora de la mañana, son necesarias. Esto es típico de Islandia, ir poniéndote y quitándote capas. Bajamos a ver la cascada y a echar un par de fotos. Es curioso que todavía no hemos dicho que nos aburre ver tantas cascadas. Seguimos por la carretera y subimos hasta una zona volcánica llamada Kerñingarfjöll. Es una parte que no está tampoco a mucha altura pero está todo nevado.

 

 

La idea es ir a unos baños termales que hay así que aprovechamos que hay unas mesas para comer aunque hagamos un poco el horario islandés. Al sol, se está bastante bien y como estamos a gusto, hasta aprovechamos para hacer un poco de mantenimiento a algún vehículo. Hemos pasado por muchas pistas, algunas más rápidas y otras más duras y por ahora todos los vehículos están respondiendo bien. Vamos con 5 Toyotas, 1 Navara y el Unimog. Todos preparados para este viaje y sin ningún problema que haya surgido por el viaje. Llegamos a los baños y vemos que hay también una cafetería. Es perfecto para los que no les apetezca bañarse y que quieran tomarse un chocolate caliente. Justo cuando estamos en el parquing cogiendo los bañadores, se nos acerca un señor vestido de running. En ese momento no sabemos quien es pero al presentarse le reconocemos. Es Sævar, un conocido por Facebook que tiene un Unimog blanco. Estamos un rato hablando con él, viendo su Unimog y enseñándole el nuestro. Después de la charla, nos vamos a la piscina. Esta es pequeña y caben como mucho 20 personas. Hay gente bañándose pero tenemos suerte que todavía cabemos. Ésta está alterada para ser piscina, no como la primera en la que nos bañamos que era totalmente natural. Tiene además dos cañerías; una del agua termal y otra de agua fría para que sea posible bañarse ya que emana a unos 80º. Estamos bien bien una hora en el baño. Lo curioso es que cuando salimos, por mucho que en el exterior haga bastante frío, estamos tan calientes que hasta podríamos estar un rato en manga corta. Nos queda todavía unos 70km de pista así que nos ponemos en marcha. La pista recorre montañas donde nacen varias cascadas pequeñas. Hoy para cenar decidimos ir a un restaurante que hay delante a probar la carne típica de Islandia y la verdad es que vale la pena.

Al levantarnos por la mañana, el cielo está encapotado pero no llueve.

Preparamos café y tostadas y nos ponemos en marcha. Hoy toca echarle un poco de imaginación a la primera visita. Hvítserkur es una estructura basáltica con dos arcos en la base, los cuales dan la apariencia de un dragón bebiendo agua en el océano. Seguimos la carretera recorriendo toda la costa y parando para ver las focas. De aquí ya, tomamos otra carretera F. Es una pista dura y con bastantes baches. Aquí el agua hace estragos así que nos lo tomamos con calma, además no es muy ancha y el Unimog va encajado. Es una buena pista para probar los amortiguadores. Encontramos un refugio para comer y no nos lo pensamos dos veces. Son sitios estupendos que por muy poco, puedes cocinar y comer caliente. Pasamos por algún que otro vadeo sin importancia pero que tampoco no pasaría un turismo. Tras recorrer buena parte de la F578, llegamos a la cueva de Surshellir. Como unos aventureros, nos metemos todos por el agujero bajando por las piedras. Hay momentos en los que tenemos que encender los frontales porque estamos a oscuras y no se ve nada pero es un rato muy divertido, sobretodo para los más pequeños. Es una cueva que entras y sales por el mismo sitio pero que te hace pasar un rato divertido. Lo que nos ha parecido más curioso es una especie de musgo que está por toda la zona que es extremadamente mullido y grueso lo que hace que el terreno sea bastante blando. Por suerte, el trozo que nos queda hasta el camping mejora bastante y la pista no nos castiga tanto. Al día siguiente tenemos una etapa corta. Después de cenar tranquilamente en una de las casetas del camping, nos levantamos por la mañana sin prisa. Hoy toca visitar el glaciar pero antes hacemos una parada en las cascadas de los ríos Hraunfossar y Barnafossar. Cascadas más pequeñas que las anteriores provenientes de dos ríos con mucho caudal. Continuamos hasta lo que hoy tenemos marcado. Tomamos carretera y en pocos metros tomamos pista. Sólo al entrar ya hay unos carteles muy grandes que esta pista sólo la pueden tomar 4×4. Andamos un rato por la pista donde se van repitiendo los carteles hasta que llegamos al principio del glaciar Langjökull. Da bastante impresión porque es terreno no conocido para nosotros así que primero entramos despacio. Vemos que traccionamos bien así que nos vamos adentrando un poco. Se tiene que tener mucho cuidado con las grietas ya que menos las más gruesas, hay algunas que te pueden sorprender. Echamos las primeras fotos justo al entrar, pero en ese momento nos pasan unos artic tracks con turistas.  Estos coches van mucho más preparados que nosotros. A parte de llevar la rueda que llevan, van bastante deshinchados, pero al verlos,  nos animamos a entrar un poco más. No queremos hacer tampoco tonterías pero da gusto conducir por el hielo sin resbalar lo más mínimo. La temperatura es bastante baja así que paramos a la salida del glaciar para tomar un chocolate caliente. Hablamos un rato con el chico y nos advierte que es peligroso conducir por al glaciar sin conocerlo. Nosotros ya hemos cumplido con lo que queríamos. Lo mejor de este país es que nada está prohibido. Puedes conducir por todas las pistas mientras no te salgas y no hay nada que te prohíba conducir por el glaciar.  Bajamos hasta Thingvellir. Thingvellir es una de las paradas del círculo dorado. Son 237km2 de naturaleza y uno de los lugares históricos más importantes de Islandia. Después de comer toda hacer un poco de turismo por la zona. Lo primero que vemos es la cascada de Öxarafoss que acaba como en un pequeño estanque. Después nos dirigimos al punto en el que el 17 de Junio de 1994 se proclamó la independencia. Seguimos por el parque hasta la grieta que separa las placas tectónicas de Nortamérica y Eurasia. El parque de Thingvellir es un lugar muy agradable para pasear. Al levantarnos por la mañana, hace aire. Parece que es normal en esta isla. Nos vamos hacia la capital. Hoy es un día para pasear para ver Reikiavik y concertar alguna que otra excursión si alguien lo desea. Por la noche, hemos quedado todos para cenar bacalao en un restaurante que nos han recomendado. Al llegar a la ciudad, vemos que se celebra el día del orgullo gay y que todo está bañado por el arcoíris, incluso la iglesia. Paseamos por las calles de la ciudad entre música y buen ambiente y hacemos compras de algún que otro recuerdo. Los islandeses aprovechan cualquier resquicio de sol para tomar la calle y estar en los parques.  Llegada la noche, cenamos en el restaurante uno de los mejores bacalaos que hemos probado jamás. La hora de salida es justo después de comer. Ha sido una lástima porque la mala mar no ha permitido la excursión para ver las ballenas, así que nos quedamos en el camping y comemos tranquilamente. El primer lugar donde paramos es Seltun, una zona termal que destaca por sus colores y las fumarolas. Era una zona muy parecida a Lanmalaugar pero sin ser tan extenso. Aquí por eso, parece que todo está mas caliente ya que hay vallas y te avisan que si te acercas mucho, el vapor te puede quemar. Nos acercamos a ver un agujero de los grandes y lo cierto es que si te apoyas en la valla, notas realmente muchísimo calor. En pocos kilómetros llegamos a una zona de baños termales. Hay mucha gente y hasta nos cuesta encontrar sitio en el parquing. Al tener un 4×4 y poder acceder a zonas que los demás no pueden llegar, hace que seamos bastante selectivos a veces, y más a lo que baños termales se refiere. Como vemos que estará todo muy lleno, decidimos irnos y saltarnos esta visita. Preferimos ir hasta el cráter Kerid. Éste es otro de los craters que tienen agua dentro, como una piscina, pero la diferencia es que tiene como un círculo dorado. . Islandia es disfrutar de la naturaleza en su modo más prehistórico. Todo lo que vemos aquí, tiene miles de años. Los cráteres, el glaciar.. y eso abruma un poco.  Al llegar al camping hace algo de viento, hecho ya normal en este viaje y plantamos el campamento en un lugar que estamos bastante refugiados entre árboles. Hace buena tarde y la cena la hacemos al aire libre. Al final es lo bueno de ser overlanders.

Hoy hacemos la carretera F210, marcada según el gobierno como la carretera F transitable más complicada. A los pocos metros de tomar la F210 nos encontramos con un chico que nos para desesperadamente haciéndonos señales con los brazos. Resulta que van con un Duster y han pasado aquí la noche, o eso entendemos, y que al ir a arrancar, se han encontrado el coche sin batería. Sin ningún problema, Asier de Global SportWear, saca el buster y arrancan el coche. “Oh my God!” El chico ha visto la luz y nos da mil veces las gracias. No parece una carretera muy transitada, así que ha tenido suerte.  Seguimos nuestro camino disfrutando de esta pista de 115km hasta que encontramos la típica cabaña para comer y hasta echarnos la siesta. . Continuamos las pistas atravesando ríos entre montañas de colores. De repente el paisaje cambia de manera radical. Pasamos de montañas verdes con explanadas de piedra a un paisaje de arena negra, tan fina que si la tocas, parece que te manches la mano. Es una pista rápida, sin obstáculos ni piedras por lo que tenemos una conducción rápida y fluida. aramos en la cascada de Axelfoss. Esta no es una cascada ideal para los que les de un poco de apego las alturas. Esta cascada la ves desde arriba pero aquí no hay ni vallas ni nada, así que, con cuidado. Continuamos por la pista y justo antes de entrar en la Ring Road 1 nos encontramos un puente en obras con dos señales, una de ancho máximo 230cm y otra de peso máximo 5t. El Unimog hace de ancho 245cm y de peso sin nosotros dentro, 5,5t. Tenemos que valorar qué hacer. Lo vemos suficientemente ancho  para pasar y por peso.. no creo que hilen tan finos. Así que cruzamos, y lo único que pasa es que hacemos un poco de cachondeo. Seguimos y nos adentramos nuevamente en la Ring Road 1. Hoy el camping lo tenemos al lado de la última cascadas, Systrafoss. Cuando llegamos a la cascada, no nos lo podemos creer. Ha pasado algo que pensábamos que nunca veríamos en Islandia. Esta cascada no tiene agua. Creo que ha llovido el 60% de los días que hemos estado aquí. No cae una gran lluvia pero va lloviendo, así que se nos hace raro que no haya agua. Aunque se nos va la vista a otro lado. Delante de la supuesta cascada hay un hotel y delante una Ford F350. Con doble eje detrás y 46 de neumáticos. Aquí todo es a lo grande. Hace una tarde/noche preciosa y sin frío. El momento perfecto para sacar mesas y sillas y hacer un piscolabis. Por la noche, al momento de la cena, nos vamos a la caseta que ya parece que sea una tradición. Para cenar fuera no hace frío pero así alargamos el rato del café. Nos levantamos a primera hora de la mañana con nuestras tradicionales nubes. Primero haremos una ruta circular que sale desde el camping  por el campo de lava de Lakagigar, Laki. Es una fisura volcánica que en 1783 tuvo la última erupción que duró 8 meses. Es un parque donde sólo se puede acceder en 4×4 y que no puedes salirte del camino ni caminando por la fragilidad de la vegetación. La pista es lenta y pedregosa al principio. Justo al  entrar en el parque natural, nos encontramos la cascada de Fagrifoss, una de las cascadas más impresionantes debido a sus 80m de altura y también una de las menos visitadas dado su difícil acceso. Accedemos al campo de lava y se ve justo hasta dónde llegó la lava. Parece que la tierra hubiera explotado. Los cráteres están con formas muy peculiares y nos hace imaginar la. Fuerza salvaje con la que salió la lava por todos lados. . Islandia tiene la capacidad de sorprender cuando menos te lo esperas. Llevamos 13 días de viaje, recorriendo la isla de norte a sur y de sur a norte, miles de kilómetros y miles de lugares vistos y llega un momento en el que crees que lo has visto todo y que ya será más de lo mismo, y de repente, te deja sin habla. Es un sitio mágico. Vas por campos de lava donde hay montañas que tienen un color rojizo dando a parecer que todavía arden. Tierra negra y pedregosa, pero cruzas un río y aparece un jardín de flores. Entendemos porque lo tienen tan cuidado y con razón.  En Laki pasamos toda la mañana y al salir paramos a comer una hamburguesa. Continuamos nuestro camino hasta la montaña de Dwarf Crags, que es una pequeña montaña al lado de la carretera de columnas de basalto que es bastante graciosa de ver. Antes de ir al camping, que lo tenemos muy cerca, paramos en Svinafellsjökul, un glaciar que se origina en el Vatnajöjull.  El mayor glaciar de Islandia en lo que a volumen se refiere. El parquing llega hasta la misma lengua. Aquí se ve como se va deshaciendo el hielo y en el agua hay icebergs. Al bajarnos del coche lo primero que hemos notado es la temperatura. Lejos de hacer más frío que en otros lugares, aquí se está realmente bien.  Nos damos una vuelta por la ladera de piedras, viendo esta majestuosidad. Resulta que en esta glaciar el hielo puede llegar a una profundidad de hasta 1km. Nos hubiera gustado acercarnos a tocar el hielo pero el camino se vuelve peligroso por desprendimientos y no podemos continuar. Hoy, detrás de nuestro campamento, tenemos el glaciar así que es una foto de postal. antes de abrir tiendas y sacar mesas, vamos a visitar la cascada de Svartifoss. Está a 1,6km del camping y es una de las cascadas más famosas de Islandia con unas columnas negras de basalto.

Hoy es nuestro último día antes de embarcar. Al tomar carretera nos sorprende un aire extremadamente fuerte. Las carreteras en Islandia están muy bien y eso hace que no suframos ningún susto. Hacemos la primera parada en Fjallsárlón, un lago en el extremos sur del glaciar Vatnajökull. Aquí se ven los pedazos que se desprenden del glaciar y es algo tan puro que puedes ver a través de ellos. Seguimos camino hasta la Diamond Beach. La pena es que el clima parece que no nos da tregua y sigue lloviendo. En esta playa es donde desemboca el glaciar y donde van a parar los trozos de hielo que se desprenden. Justo delante de la playa es donde está el río por el que bajan los trozos de hielo y cruzamos para verlo. Aquí ya no son trocitos que puedas coger con la mano, si no auténticos icebergs y hasta alguna que otra foca. Paramos en el pueblo de Höfn para comer la típica langosta. La comida está realmente buena y lo disfrutamos mucho. Por la tarde, antes de llegar al camping, paramos en un pueblo para ver a un artesano que nos ha recomendado Juan Luís. Es una tienda pequeña con todo de objetos hechos de cuernos de reno. Le compramos alguno para los niños y continuamos. Cuando llegamos al camping de Seydisforjur nos encontramos que está todo lleno. Es el día anterior a coger el barco y estamos todos reunidos en el mismo lugar. Finalmente abrimos las tiendas en una especie de parquing y cenamos en un restaurante.  A la mañana siguiente, embarcamos en el Norröna. 48h nos separan de Dinamarca. Ha sido un viaje muy especial y quiero añadir unas palabras de Juan Luis:

“Tras 2.941 kilómetros por Islandia y 5.728 kilómetros en total de viaje, toca despedirse de esta Isla que es naturaleza pura, donde te das cuenta que hay sitios donde la tierra manda y de la fuerza de la naturaleza para crear y moldear paisajes que cambian constantemente… montañas verdes, negras, formaciones rocosas imposibles, desierto “Africano”, grietas impresionantes por donde estuvo saliendo lava más de un año, volcanes con formas brutales, campos inmensos de lava cubiertos de un manto de musgo verdoso y mullido, glaciares donde te sientes minúsculo… y mucha agua en ríos que tienen una fuerza descomunal y en cientos  de cascadas cada cual con sus peculiaridades que la hace única. La belleza de la isla tiene su contrapunto en lo implacable que es con el visitante, frío, lluvia, viento y de vez en cuando un poco de calma y sol, por lo que se establece una relación de admiración y desafío y le dices… “No me quieres aquí pero no renuncio a disfrutar de ti aunque me maltrates”.”

Estas palabras describen nuestro viaje. Ha habido momentos mejores y otros simplemente buenos. Hemos sufrido las inclemencias del tiempo y hemos disfrutado de paisajes de ensueño, compartiéndolo en grupo, tanto lo bueno como lo malo. Porque así es Aventurame, viajes en grupo donde podrás disfrutar con tu propio coche con tu lado más overlander.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]